Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina, y ya comienza la guerra de propaganda política y promesas, sobre todo, por parte de los dos grandes partidos de nuestro país PSOE y PP...
La crisis económica que estamos viviendo se ha convertido en un campo de batalla perfecto para los partidos políticos, batalla que se libra en todos los medios de comunicación, y que todos podemos ver, aunque no con la neutralidad que quisiéramos.
La situación económica es complicada, y parece que en vez de ver propuestas y consenso, que es lo que debería haber para salir de este atolladero, lo único que vemos son críticas oposición-gobierno y gobierno oposición. Mediante la descalificación, y las urnas, tratan de lograr poder y no de gobernar.
Expresiones como "Creemos que los padres somos los primeros responsables de la educación de nuestros hijos. No queremos imposiciones ni adoctrinamientos a través de asignaturas ideológicas obligatorias." ya vienen, como quien no quiere la cosa, lanzando dardos al contrario. Se centran en recalcar las acciones erróneas del otro, más que en poner de su parte para solucionar las cosas.
Es verdad, que cada partido tiene una ideología, pero la crisis actual, es un asunto, que, por mucho que quieran convencernos, nadie sabe solucionar del todo. Si es cierto que el gobierno actual es de izquierdas, ¿Por qué ha montado la reforma laboral de ésta forma? Realmente, todos los partidos, no importa su color, ceden a las presiones de quienes de verdad gobiernan el mundo, las multinacionales y los bancos, a quienes poco les importan los Derechos Humanos y la Política Social...
¿Dónde queda espacio para estos conceptos? ¿Dónde anda el discurso de Alma Ata sobre "salud para todos en el año 2000"?
Parece que mientras votamos, estamos haciendo una elección real, elegimos lo que queremos en nuestra sociedad, pero, no dejamos de escuchar discursos sobre la igualdad, y nos dirigimos justamente a lo opuesto, un mundo cada vez más desigual, y más injusto, con menos espacio para "lo social" Pero debemos creer en el cambio, no en el cambio que nos proponen los partidos políticos, que al final solo ansian el poder, sino en el cambio que todos deseamos, que la sociedad quiere. Y sobre todo, debemos insistir siempre en fomentar una realidad social, para todos, no para el individuo. El cambio comienza desde abajo, no desde arriba, y también comienza dando a otros, lo que nos gustaría recibir.
Carla G.
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