El equipo más representativo del baloncesto valenciano, el Valencia Basket Club, sin olvidarnos del laureado Ros Casares femenino, ha anunciado a bombo y platillo su intención de no contar con el apoyo económico de patrocinadores comerciales en la nueva temporada que comienza.
Ello supone que en la nueva camiseta del club taronja no habrá publicidad y sí un slogan muy llamativo en el que se podrá leer "Cultura del Esfuerzo". Este lema lucirá en todas las camisetas de todas las categorías del club y fue anunciado por la cúpula directiva del club en un acto al que también asistieron importantes personajes de la escena deportiva y política valenciana.
El mensaje, muy loable en principio, forma parte de la estrategia de austeridad del club valenciano, y trata de animar a la masa social del club y por ende a toda la sociedad valenciana para ser partícipes de los valores de esfuerzo y trabajo en el deporte que en estos tiempos de crisis nos ayuden a los ciudadanos a ser más responsables de nuestro destino y ver las dificultades como oportunidad de superación y crecimiento personal.
Así lo expresó el Director deportivo del club y vicepresidente de la entidad, el señor Martínez Raga que hizo alusión a la corriente institucional y empresarial que dicta la idea del esfuerzo personal como clave para superar los malos momentos.
Y aquí entra de lleno mi reflexión personal respecto a este asunto. ¿Por qué el club renuncia a un montón de miles de euros, y se embarca en un compromiso cívico que no asegura una mejor clasificación en la liga española y el resto de competiciones?.
No perdamos de vista, que tras todo esto está la mano del mecenas del club, Juan Roig, dueño y fundador de la cadena de supermercados Mercadona, y la de ciertas autoridades políticas que no pierden la oportunidad de manejar nuestras mentes a través de todos los medios posibles.
La iniciativa de la cultura del esfuerzo suena a arrimemos el hombro y seamos los ciudadanos los que saquemos esto adelante con nuestro trabajo. Muy bien, pero no sólo con más trabajo cambiaremos las estructuras que nos han abocado a esta situación.
Más bien se trata de ser innovador, creativo y organizarse mejor, es decir ser más eficiente, y así con menos esfuerzo producir lo mismo y poder dedicar más tiempo a VIVIR, vivir nuestra familia, vivir nuestros amigos, vivir nuestro tiempo libre con los demás.
Me gustaría poder decirle a todos aquellos que piensan que con el esfuerzo y el espíritu ganador se consigue más, que todo aquello que se consigue con esfuerzo es satisfactorio, pero no todo lo que es satisfactorio para el ser humano se consigue con esfuerzo. Hay cosas muy sencillas y bonitas que se consiguen con una sola mirada, por ejemplo.
Nos venden por todos sitios que todo está en nuestras manos, que nuestro esfuerzo dará resultados y viviremos mejor, pero si no hay un compromiso por parte de todos, instituciones públicas, empresariales y financieras incluidas, todo continuará igual y no habremos aprendido nada de esta situación de aguda recesión económica, salvo tolerar el sufrimiento y la agonía en el caso de cientos de miles de familias.
Concluyo, el mensaje de "Cultura del esfuerzo" resulta muy bonito, pero me temo que detrás de todo esto no hay sino una campaña más para que los ciudadanos vivamos nuevas desregulaciones y privatizaciones que recorten nuestros derechos sociales y nadie se inmute, salvo el bolsillo de los más avispados empresarios y algún político. Ánimo, blogueros. Salud, paz y amor para tod@s.
Julio Mateos Checa
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