miércoles, 5 de octubre de 2011

Jumanji.


Dicen que éste es un espacio de reflexión y de opinión libre. Un lugar en el que poder hablar sobre lo referente a política social se refiere. Ésto es sobre todo en general, pero nada en particular.

Noticias sangrientas, frustrantes. Sucesos que te quitan el hambre, te hielan y petrifican. Consiguen hacerte sentir inexistente, logran que caviles y medites sobre el conjunto de todas las cosas. Violencia, gritos, armas y más sangre. Un mundo caótico, egoísta y privado, en el que lo único que prevalece es la individualidad del ser, en el exlusivo "yo".
Personas sin escrúpulos, valores o moral. Individuos capaces de matar, aniquilar, destruir  y arruinar todo aquello contra lo que se cruzan. Sin miedo, ni culpabilidad, sin tristeza ni remordimiento. Tienen un objetivo, una meta que quieren alcanzar sin importar el precio que deban pagar por conseguirlo.
Te sumerges en estas ideas y llegas a plantearte cosas como ¿qué significado tiene la vida para ciertas personas? ¿Se considera tener una vida cuando día a día te ves obligado a luchar por conseguir un poco de alimento y algo de beber? O ¿mejor deberíamos llamarlo supervivencia?. Hablamos de Derechos Humanos, derechos universales defendidos por organizaciones que batallan por la paz mundial. Nos creemos mejores por ello. Más humanos y más humildes. Nos acostumbramos a tapar agujeros, pero no a cerrarlos. Tomamos soluciones y las consideramos como las mejores propuestas llevadas a cabo, enviamos fármacos caducados o defectuosos, enviamos comida, ¿durante qué, tres o cuatro meses?, ¿ y después qué?. Después nada, eso no nos preocupa el futuro no es nuestro objetivo, sinó el ahora. Hoy te ayudo mañana quizás no.
Mientras al mismo tiempo que "intentamos" paliar esta situación de "subdesarrollo" de otros paises, financiamos y apoyamos a sus gobiernos. Esa autoridad que no hace nada por sus ciudadanos, por esas personas que cada día mueren en las calles. Ellos se tapan los ojos y esconden las manos. No es su problema piensan, aunque hablan de medidas para mejorar la realidad. Esa misma que ellos se niegan a creer que existe. Se esconden tras máscaras, prometen el cielo y el paraíso mientras la gente se haya viviendo un verdadero infierno. Pero nosotros felices por creer que favorecemos el cambio y que lo vamos logrando. Nos creemos los más solidarios, pero después no cesan los comentario respecto a "esos inmigrantes que vienen a robarnos y a quitarnos el trabajo", "les enviamos ayuda para que no tengan que venir a quitarnos nuestras propiedades". Porqué está claro, ¿a quien no le gusta abandonar su vida: su familia, amigos, todo aquello que ha intentado preservar, y todo debido a la necesidad de poder sobrevivir?.
Es frustante tener que aguantar ese tipo de actitudes hipócritas pintadas de una falsa bondad innata por ayudar a los demás, pero que escoden y favorecen pensamientos y comentarios basados en arcaicos argumentos cargados de nacionalismo y xenofobia.
Maria Estarlich.

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