Para la música no hay fronteras

En  nuestra realidad actual predomina en todos los rincones del mundo, el poder de las empresas, la manipulación a través de la publicidad y de los medios de comunicación; Vivimos en un mundo en el cual, la información se manipula y se presenta según convenga a los que tienen el poder.

Mirando cincuenta años atrás y comparando cómo vivíamos y cómo  lo hacemos hoy en día, creemos que gozamos de una libertad nunca vista, pero habitualmente preferimos ignorar que tenemos muchísimos poderes que se encuentran por encima de nosotros/as y que, de un modo u otro, determinan nuestras vidas. La influencia que ejercen sobre la población de cualquier país del planeta es enorme, a lo largo de un día normal recibimos varios mensajes de nuestro ambiente que nos lleva por ejemplo a comprar ciertas cosa (sean necesarias o no), hablar de ciertos programas de televisión o leer determinadas revistas y periódicos etc.

En cierto modo nos modelan buscando el perfil que se desea, para que actuemos y pensemos de una forma determinada y no vayamos más allá de la rica variedad de bienes y servicios que nos ponen en bandeja, a pesar de que en ocasiones, se sepa que esas maravillosas prestaciones podrían dañar a las personas que las consumen o al mismo medio ambiente.

A lo largo de la historia se han utilizado diversos medios de comunicación para llegar a las personas por diversos objetivos, pero uno de ellos siempre ha sido intentar manejar las decisiones y omitir cierta información que no interesa que se sepa, evitando que cunda el ejemplo de conductas no deseadas y manteniendo dormidas las mentes de las grandes masas.

A mi me gustaría hacer hincapié en la importancia de la música, que en buenas manos puede ser una manera genial de expresarse y de transmitir un mensaje productivo y bueno para todos/as, formando parte de sus vidas y de su cultura; Yo concibo el termino música de una manera muy positiva, pero obviamente es un canal que también puede ser utilizado para conseguir fines egoístas o lucrativos.

En ocasiones la música también ha sido censurada y adulterada, haciendo perder su pureza y su sentido, los responsables de esto han sido Estados, las religiones, los grupos de presión y en la mayoría de los casos violando las convenciones internacionales de derechos humanos.

Por ejemplo durante la década de 1960 y 1970 circularon por varios países canciones que criticaban un estado de cosas de entonces: las dictaduras, el autoritarismo, la violencia, el imperialismo, el anticomunismo, la represión sexual y política, el conservadorismo, el moralismo, la miseria, el hambre, la desigualdad social, el retraso económico, las guerras, las armas, entre otros temas, tales asuntos eran abordados también por medio de metáforas, dando origen a algunos semas comunes en distintas realidades nacionales. Los más diversos términos surgieron para nombrar esta modalidad de canción.

Aunque la censura moral en los países dichos democráticos no haya sido tan amplia, comparada a los régimes autoritarios, no significó que algunas canciones, como por ejemplo, las francesas no vinieran a ser objetos de prohibiciones en otros países como en España. En 1971, la Censura española prohibió la canción de George Brassens “Le Gorille” bajo la justificativa de que “contiene un fondo, no sólo erótico sino homosexual y es, por tanto, deneglabe. Una comparación entre lo que se daba antes en este panorama y lo que ocurre en nuestros días en lo que se refiere a movimientos musicales contribuye para el entendimiento de la historia de estos países en el ámbito de la cultura y de sus implicaciones sociales.

Pensamos que la censura o la coacción ya no existen, que poseemos lo que se llama libertad de expresión y que siempre que queramos podemos hacer uso de ese derecho, de expresarnos libremente y ser escuchados. Sinceramente creo que no sabemos ni contra quien “luchamos” para mantener nuestra libertad y la verdad es que también creo que es mas cómodo para todos/as pensar que todo va bien y que no hay que revelarse contra nada ni nadie. Y yo me pregunto: ¿Seguiremos dejando que nos manipulen sin oponer resistencia?