La
libertad.
Todavía hoy hablamos de
libertad, aún tenemos que luchar por ella, bien para conseguir la nuestra
propia como por la de los demás. Diferentes y múltiples libertades, quizás
desde una pequeña como conseguir emancipárte de casa de los
padres, hasta más complejas como la libertad de expresión , de vivir la vida
sin ocultar tu orientación sexual, tu forma de pensar, tus creencias o ideologías.
Vivimos
conformados creyendo que somos libres, que actuamos conforme queremos, siempre
en el marco de unas leyes que nos rigen. Puesto que sino se “nos catiga” muy
probablemente con la cárcel, excepto si tu capital es lo suficientemente
extenso como para poder pagar por tu error. Entonces, todos los “cástigos” o
errores, no pasan más que a ser unos cuantos fajos de billetes, de esos que
tanto les sobra. Por tanto, ¿podemos hablar de libertad, o de una igualdad de
libertad?. ¿Qué visión se tiene sobre ella? Podemos encontrar diversidad de
opiniones al respecto, según Krishnamurti ( conocido orador y filósofo en materia
espiritual), nos dice que: “ Si
lo observa,verá que el margen de la libertad se está volviendo muy, muy
estrecho. La política, la religión y la tecnología moldean nuestras mentes y
nuestro cotidiano reduce esa cualidad de libertad. Cuanto más civilizados,
menos libertad tenemos. No sé si han observado cómo la civilización nos
transforma en técnicos, y una mente formada en base a la técnica no es una
mente libre. Una mente moldeada por la iglesia, por los dogmas, por las organizaciones
religiosas no es una mente libre. Una mente nublada por el conocimiento no es
una mente libre. Si lo observamos en nosotros mismos, es evidente que nuestras
mentes están llenas de conocimientos, sabemos muchos. Nuestras mentes están
limitadas por las creencias, por los dogmas que las religiones organizadas de
todo el mundo han establecido. Nuestra educación es un gran proceso de
adquisición de técnicas para ganarnos la vida y todo alrededor nuestro moldea
nuestra mente, cada influencia nos regula, nos controla. De modo que el margen
de libertad se está volviendo más y más estrecho””. Según Krishanamurti, esa libertad que tanto creemos
nuestra la pondriamos en duda, él nos plantea una reflexión más profunda acerca
de ese concepto que tan asociado y tan real creemos tener. Si toda nuestra
libertad viene a estar oprimida por ideologías, creencias, dogmas, entendimientos
etc. Entonces ¿el método para conseguirla lo hallariamos viviendo sin normas,
ni acciones establecidas, sin conocimientos de ningún tipo, sin nada a lo que
vivir atado?. Entonces, ¿seria el propio ser humano el que desde su ser interno
debería llegar a aprenderlo todo, desde su reflexión y su entendimiento el que
debería elegir su camino y con ello su propia libertad? Pero, si así es, ¿qué
ocurre con aquellos que deciden con su propia libertad quitársela a los demás?.
Cómo Gandhi dice: “ La causa de la libertad se convierte en una burla si el precio a pagar
es la destrucción completa de quienes deberían disfrutar la libertad”.
Continuamos viviendo una época, en la que existen grandes dictaduras, a las
cuales las democracias apoyan discretamente, tapándose de tanto en tanto los
ojos para hacer como que no ven tales privaciones de la libertad, tantas
injusticias y carencias de los derechos humanos que en éstos regímenes se producen. Una época en
la que aquel que tiene poder, no duda en chafar al que está bajo de él, tanto a
gran como a pequeña escala. No únciamente lo hacen aquellos que están en el
gobierno, sino en puestos de trabajos en los que jefes explotan a trabajadores,
en grupos de trabajo universitarios o escolares, en los que unos cuantos se
creen con una capacidad intelectual mayor al resto y deciden que sus ideas son,
por tanto, mejores a las de los demás.
La idea de
Krishanamurti, nos hace darnos cuenta de que tenemos que ver más allá de lo
establecido para poder llegar a ver la libertad como algo más de lo que creemos
poseer. Buscar el valor intrínseco de la misma, quizás, para ello, necesitemos encontrar un
equilirio dentro de nosotros mismos, para poder llegar a verla de una forma más
compleja, más abastracta y poder disfrutarla verdaderamente. Sin embargo, sería genial
que esa idea de que el ser humano de manera natural es bueno, se correspondiera
con la práctica. Pero el hecho de vivir en sociedad lleva a que esta naturaleza
buena se vea perturbada y corrompida. Se elimine, se cree la envidia,el rencor,
el odio, la ambición, el poder etc. Todos ellos elementos que impiden la
existencia pura de la libertad. Pero,contra los cuales múltiples personas están
en desacuerdo y los intentan eliminar. Un esfuerzo duro, costoso y con escasos resultados la mayoría de las veces. También sería genial, que todas las
personas pudieran abastecerse por ellas mismas, pero ésto tampoco es así. Aquellas
personas con dependencias, tanto físicas como psicológicas, no tiene la misma
facilidad para garantizarse su libertad. Necesitan quizás más trabajo, ésto no
quiere decir que no llegen a conseguirla, sino que tal vez precisan de más
tiempo( en el caso de dependecias leves) o de una compañía (en el caso de una
dependecia moderada o grave). A parte de todo ésto, está el hecho que Gandhi
señala, en vez de usar nuestra” libertad” para ayudar a los demás, para conseguir
que todos nos encontremos en el mismo nivel de libertad, preferimos gastarla
para empoderarnos de las vidas de los demás.
Vivimos tan centrados
en nosotros mismos, mirándonos tanto el propio ombligo, que no utilizamos casi
nuestro tiempo para reflexionar sobre temas más profundos. Llevamos un ritmo de
vida, cansado y agotador, que no deja de trascurrir, cada vez parece, de forma más
rápida.Un ritmo y estilo de vida en el cual no puedes parar, porque si lo haces
tropiezas y ello conlleva que tengas que empezar de nuevo, en el caso de que
puedas volver hacerlo. Una sociedad, en la que únicamente se valoran los éxitos
y los estatus, el dinero el capital, la riqueza al fín y al cabo. Cuando te
paras a pensar en ello, te sientes abrumado, agobiado, hundido, quieres huir de
toda esa opresión, tensión, de ese ritmo frenético. Y cuando lo intentas, la
marea te lleva, hunde tu voz que pasa a estar en el olvido junto con otras
muchas que como la tuya intentaron alzarla. Porque quizás estas palabras para
muchos no sean más que eso, palabras. Pero quizás para unos pocos les sirva
para, aunque sea durante el tiempo que duren en leer esto, ver más allá de
nosotros mismos. Ya que es triste darnos cuenta de que vivimos en una sociedad
que ha olvidado su elemento fundamental,
el ser humano.