viernes, 6 de enero de 2012

Pan y circo

Hace unos meses el magnate de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone y  nuestra queridísima alcaldesa la señora Barberá celebraron un almuerzo intimo para concretar los últimos retoques del nuevo contrato que alargará los eventos de formula 1 en valencia hasta el 2014.

Las obras en el puerto de la American’s Cup no sirven de nada el resto del año, la Ciudad de las Artes y las Ciencias sirve para celebrar bodas, el nuevo teatro de la ópera está continuamente  cerrado a consecuencia de problemas inexplicables aun siendo nuevo, a estas alturas los 116.000 euros gastados en el puente de las flores ya estarán marchitándose, cientos de niños dando clase en  barracones, falta de personal es hospitales y ambulatorios, y todavía piensa que es totalmente imprescindible gastarse 17 millones de euros para que cuatro coches corran por las calles de valencia y unos cuantos empresarios coman y gasten dinero en los comercios cercanos, pese a que todos sabemos que los que de verdad gastan dinero no van a ir a comer al bar de la esquina, eso sin mencionar los 110 millones de euros que se gastaron en la creación de un circuito que montan y desmontan como si se tratase de un scalextric. 


Y ahora Fabra haciendo cálculos pretende ahorrar 1.057 millones al año, que saldrán de  las nóminas de los funcionarios y de un par de tasas más, como la del céntimo sanitario que grava la compra minorista de los hidrocarburos. Además pretende subir el IRPF a las rentas más altas, que gravará con un 22,5% a los que cobren más de 120.000 euros (unos 9.000 ciudadanos) y con un 23,5% a los que superen los 175.000 (otros 4.600). 

Que paguen más los que más ganen, hasta ahí correcto pero ¿120.000 euros al mes? ¿Quién con los tiempos que corren cobra 10.000 euros al año? No creo que alguien, que a día de hoy cobre más de 1000 no pueda considerarse rico.

Me gustaría pensar que los valencianos algún día seremos conscientes de que nuestra querida alcaldesa no nos está haciendo ningún favor y que a la hora de votar por fin seamos consecuentes y lógicos.


Lorena Muñoz Mollá

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