Los
millonarios españoles logran ganar un 6% más en el que ha sido el
peor año de la crisis económica.
Hoy por hoy en este
país la preocupación que pueden tener las familias por encontrar
trabajo, pagar un alquiler, una hipoteca o pensar como puede llegar a
ser su jubilación se ha convertido en algo habitual.
Sin embargo, ajenos
a todas estas preocupaciones encontramos a un número reducido de
personas que no sólo no tienen la necesidad de padecer por tales
sucesos, si no que además deben sentirse muy afortunados por las
ganancias recibidas en el ya pasado 2011.
Este número
reducido lo componen los millonarios españoles que logran 2.150
millones de euros más y acumulan 37.700 millones, una cifra cercana
al recorte del déficit que prevé el Gobierno para el 2012, a través
de la subida de impuestos de los ciudadanos y la reducción del gasto
público.
Este grupo lo
componen entre otros: Amancio Ortega, dueño de la multinacional
Inditex. Este empresario refugiado en la normalidad y obsesionado por
el anonimato encabeza la lista de multimillonarios españoles. Las
numerosas tiendas de Zara se han revalorizado en 2011 un 13%, lo que
ha hecho a su fundador aún 2.731 millones más rico. Al parecer, la
normalidad por la que se caracteriza no corresponde con la elevada
fortuna que va aumentando cada año.
Además de este
empresario destacan su ex mujer Rosalía de María, el banquero
Emilio Botín (presidente del Santander), la familia Entrecanales
(dueña de la empresa Acciona), la familia del Pino (propietaria de
la empresa Ferrovial), las hermanas Koplowitz, la familia de
banqueros Marcha, el Presidente del Real Madrid, Florentino Pérez y
Manuel Jové (fundador de la inmobiliaria Fadeza).
Estos millonarios,
a parte de destacar por el incremento de sus ganancias en el duro año
que hemos pasado, lo hacen también por negarse a pagar más
impuestos como una forma ayudar ante la nefasta situación que
atraviesa el país.
Entre los
millonarios citados, hubo quienes estuvieron a favor cuando se
propuso la aportación solidaria, sin embargo, cuando la propuesta
llegó al Consejo Empresarial para la Competitividad la iniciativa
fue bloqueada porque se negaron a pagar más.
En la campaña
preelectoral de partidos como el PP y el PSOE la propuesta fue
abortada, pero no se llegó a sacar nada en claro, por lo que las
ideas que se plantearon fueron disueltas y olvidadas con facilidad.
Comparadas las
cifras y pensando en los temidos recortes que se nos presentarán en
los próximos meses, podemos catalogar la situación con adjetivos
tales como injusticia, desigualdad, repulsa y desamparo.
¿Cómo pueden
muchas de estas empresas que han obtenido estos beneficios tan
positivos estar despidiendo a sus empleados alegando pérdidas?
Y por otro lado,
¿cómo se puede estar exigiendo a las personas austeridad,
congelación de sus sueldos y pérdida de los derechos sociales que
ya creían adquiridos?
¿NO SE PIENSA
HACER NADA AL RESPECTO?
Clara Beltrán Segarra
3º Grupo G
3º Grupo G
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