El sábado atendí a un curso de
bordado con aguja mágica. El caso es que allí nos encontrábamos un buen grupo de
mujeres jóvenes, formadas y bien educaditas, y a juzgar por las conversaciones que escuché, al tanto de las últimas tendencias tanto en el
plano virtual como en el terrenal. También había un hombre en el taller. En un
momento dado la profesora se dirigió al grupo de la siguiente forma “todas
vosotras….” El chico hizo hincapié en que esta fórmula no le incluía a él, pero
excepto yo nadie parece que hizo mucho más caso al asunto. Al rato después la
profesora utilizó eso que llaman “el genérico” para referirse a un grupo de mujeres
y hombres........... y se despertó en mí la pequeña policía de igualdad de género que llevo dentro. Comenté que las recomendaciones para un lenguaje no sexista eran las
de utilizar tanto las formas femeninas como masculinas, o los nombres
colectivos, evitando hacer uso del genérico masculino. No pasaron ni segundos cuando
ya tenía a alguien diciéndome que eso era muy reiterativo, que si decir médica en lugar de médico sonaba mal, que si toda la
vida se había dicho así…. La verdad es que cuando yo oigo el argumento tan
manido de “esto siempre se ha hecho o dicho así”, pues no me extraña lo que veo a mi
alrededor y que nos vaya como nos va, además de preguntarme si existen personas que consideran que el progreso y el cambio social son conceptos que les suenan a viejunos. La chica que decía todas esas cosas sin
embargo, tal y como ella me explicó, hacía uso en su tarjeta de visita del
apelativo “Graphic Designer” para referirse a la profesión que ella desempeñaba, es decir la de diseñadora gráfica.
Que yo sepa eso de ponerse la profesión en inglés en las tarjetas no es algo de
toda la vida de Dios, aunque pensándolo bien el flamenco-fusión siempre ha
tenido mucho tirón y a juzgar por lo visto debe ser muy “cool”. Ahora lo de la
no discriminación lingüística tengo la sensación de que no mola tanto, incluso
si el auditorio se compone en su mayoría o totalidad de mujeres.
Una conocida mía
que es médica de profesión, me comentaba hace unas semanas que cuando explica que trabaja en
un centro de salud siempre le preguntan si es enfermera. Ella dudaba sobre
si esto era una cuestión de machismo. Le propuse un pequeño juego: que
observara la reacción de las personas a su alrededor cuando algún compañero de ella se
encontrara en circunstancias similares. Le advertí que era bastante improbable
que le preguntaran a él si trabajaba de enfermero, o de señor de la limpieza. También se da el caso de que a diario recibo
en mi trabajo varias llamadas telefónicas preguntando por el propietario o el
señor encargado. Da la casualidad que donde yo trabajo no hay propietario ni
jefe, sino propietarias y jefas, pero ni aún haciendo la aclaración pertinente
a mis interlocutoras –no olvidemos que “telefonistas” se escribe todavía en
femenino- se coscan, y siguen utilizando la forma masculina. Digo yo que eso de
ser jefe será que es cosa de hombres, igual que el coñá Soberano, porque si no renuncio
a entender tanta resistencia al cambio. A mí que me perdonen
pero no encuentro nada más disonante y menos inclusivo que el uso del genérico para referirse a
grupos mixtos de personas. Siento que el empeño por parte de algunas personas
en no hacer avances lingüísticamente hacia
un uso del idioma más inclusivo y que
visibilice a las mujeres, es un lastre del patriarcado con el que muchas de
nosotras y nosotros no estamos dispuestos a cargar. Os dejo con un maravillo
video de la gran Violencia Rivas, ella ya lo dijo antes, así que nadie se escandalice: hoy
mi vagina pide igualdad!!.
Gracias Inma !!
By: Meleta De
Romer
Créditos foto: vivir en utopía
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