domingo, 13 de mayo de 2012

DEL DESCONOCIMIENTO Y LA SIMPATIA



Este fin de semana ha sido el aniversario del "15-M" y  la actualidad manda que sean la portada de los Diarios y Periódicos españoles, mi publicación no podía ser menos.

El soporte ha sido masivo, la gente se ha lazando a la calle a denotar indignación y lucir eslóganes a la cual mas original. Pero yo, a día de hoy, sigo siendo una gran desconocedora de este movimiento el cual me ha despertado cierta simpatía.

Decidí adentrarme dentro de las muy comentadas "asambleas" así que me uní al grupo de FaceBook "Democracia Real Ya" el cual pertenece al movimiento "15-M" para leer las publicaciones diarias que hacen en su muro.

Todas los días tenía múltiples dosis de indignación social junto con pequeñas victorias. Indignación por las ayudas a los bancos y los recortes sociales, pequeñas victorias frente a desahucios y permanencia en plazas. La simpatía crecía pero seguía sin entender las pretensiones de un movimiento con cada vez mayor numero de adeptos. Un día deje de prestarle atención y la perdí hasta el día de ayer.

Me fijé en los que eran y en los que son. Ni son más de los que están ni menos de los que son. Antes eran mayoritariamente gente joven con ganas de expresar su malestar social, hoy en día la indignación a ganado adeptos pertenecientes al funcionariado y a las empresas privadas de carácter público. Profesores y alumnos, doctores, enfermeras y pacientes, auxiliares y personas dependientes, y la lista no termina ahí.

Siempre pensé que el movimiento "15-M" perdería fuelle por no querer identificarse con nada ni nadie, ni querer pasar a formar parte de la política española, con la única unión ideológica del desprecio al capitalismo y a los bancos. Que equivocado estaba, su debilidad era su mayor arma, es movimiento que acepta a cualquiera y que cualquiera puede sentirse identificado.

Después de un año mi simpatía no ha aumentado, pero creo que conozco un poco mas este movimiento. Cada persona tiene una idea de lo que es el "15-M", para unos un conjunto de gente con ganas de manifestarse, para otros la ayuda tan esperada de los desahuciados, a otros les vendrá a la cabeza la imagen de hippies modernos, pero a todos nos viene la imagen de la esperanza en un cambio.

Sus detractores pensarán en que están abocados al fracaso, sus defensores augurarán nuevas victorias, lo que está claro es que con tanto recorte y tijeretazo su final aún esta lejos.

Laura Martínez Carbonell

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