Hoy he leído una noticia del diario
digital El País que me ha chocado bastante y me ha producido cierta rabia.
Alberto Ruiz-Gallardón dice: “la
maternidad libre hace a las mujeres auténticamente mujeres”. Con esto se
refiere a que, según él y su partido, se debe de garantizar la libertad de las
mujeres a ser madres para así ser “auténticamente mujeres”. Ante esto me vienen
muchas cosas a la mente. ¿Qué somos las mujeres para nuestro querido Partido
Popular? Me hace pensar que sólo somos reproductoras que para sentirnos mujeres
tenemos que parir. ¿Y qué pasa con nuestro derecho a decidir si queremos ser
madres o no lo queremos ser? ¿Tan poco cuenta nuestra opinión? Y por la misma
regla de tres, ¿si una mujer no puede tener hijos ya no puede ser una “mujer auténtica”?
¿Entonces qué es, una mujer “a medias”?
A mi parecer lo que intenta el PP
con todo este tema del aborto es que la mujer no tenga ni voz ni voto en el
manejo de su vida.
Gallardón habla de “violencia
estructural”, un término que utiliza para criticar la política que hasta ahora
estuvo llevando el PSOE en materia de maternidad. Alega que las mujeres “ven
violentado su derecho a ser madres por la presión que generan a su alrededor
determinadas estructuras”.
Ante eso el actual gobierno afirma que “protegerá la libertad de la mujer para
defender uno de sus valores fundamentales que es la maternidad”. Si nos damos
cuenta estamos volviendo atrás en temas de desigualdad de género con este tipo
de afirmaciones. Para mi, la libertad de toda mujer y en definitiva de toda
persona, es la libertad de elegir el tipo de vida que se quiere llevar, el
número de hijos que se quiere tener y cuando se quieren tener. ¡Ya basta de
demagogia barata!
El siguiente párrafo pertenece al
preámbulo de la Ley
Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y
reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo: “El desarrollo de la
sexualidad y la capacidad de procreación están directamente vinculados a la
dignidad de la persona y al libre desarrollo de la personalidad y son objeto de
protección a través de distintos derechos fundamentales, señaladamente, de
aquellos que garantizan la integridad física y moral y la intimidad personal y
familiar. La decisión de tener hijos y cuándo tenerlos constituye uno de los
asuntos más íntimos y personales que las personas afrontan a lo largo de sus
vidas, que integra un ámbito esencial de la autodeterminación individual. Los
poderes públicos están obligados a no interferir en ese tipo de decisiones,
pero, también, deben establecer las condiciones para que se adopten de forma
libre y responsable, poniendo al alcance de quienes lo precisen servicios de atención
sanitaria, asesoramiento o información.”
Me ha parecido muy interesante
ponerlo ya que explica detalladamente que la dignidad de la persona se mantiene
con un desarrollo sexual y unas capacidades de decisión libres. Además creo que
debería de aplicarse en nuestra sociedad más educación sexual y reproductiva
para garantizar un buen desarrollo sexual y prevenir embarazos no deseados,
sobre todo en adolescentes. En definitiva garantizar unos derechos sexuales y
reproductivos para todas las personas.
Júlia Dimas.
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