jueves, 8 de marzo de 2012

Canadá y Finlandia: Los chicos buenos también cometen travesuras.


                                                 
  Tenemos la costumbre de ser maniqueístas. Todo es bueno o malo, o lindo o feo. Incluso los países. Tomemos el caso de dos que en la clase del maestro Naciones Unidas han sido sorprendidos tirando tizas en el aula.
Metsa-Botnia y el Rio Uruguay.
     Canadá y Finlandia gozan de un prestigio enorme al ser considerados responsables en el contexto internacional, y preocupados por sus habitantes. Demuestran un bajo índice de corrupción según estudios de organizaciones tan respetables como Transparency International, o están  bien ranqueados en resultados que demuestran la opinión de la gente de todo el mundo acerca de cuales son los ejemplos a seguir en el contexto internacional. Y por supuesto en datos oficiales como índices de desarrollo, aparecen en el cuadro de honor.
    Pero aquí les he presentado algunos datos fidedignos -sobran-, de lo que hacen fuera de sus propios límites, o fuera de uniones transnacionales (v.gr. Unión Europea o NAFTA) a las que le deben respeto. Llevan a cabo actividades económicas que destruyen el medio natural de otros países o ponen en riesgo la salud de estos, con prácticas que jamás desarrollarían en su propio territorio. Fue gracioso observar en la Argentina como el encargado de una empresa minera canadiense evitó mientras pudo poner la excusa de la barrera idiomática, reconocer que estaba haciendo eso allí porque no podía hacerlo en su país. Lo mismo para la finlandesa Metsa-Botnia en Uruguay, que según el tribunal de La Haya (2010), no contamina -demasiado- y puede seguir operando para producir celulosa. (Claro la contaminación ya tiene parámetros para considerarla excesiva o no y es un efecto secundario de producir, pero la tala de árboles es parte de la producción en sí y no está tan mal vista). Ah!, por supuesto que estos rubitos no se traen sus propios abetos desde Finlandia. No convence tampoco el justificativo de la idea esa de que son empresas privadas y no tienen que ver en sí, con su país de origen. No creo que haya nación que quiera ser evocada aunque sea de forma indirecta, por algo con connotaciones negativas. Quién no piensa en España al leer Iberia?
     Solo quiero que se reflexione sobre el hecho de que hay que desconfiar aún de los que nos deslumbran. Que debemos estar vigilantes y una vez que se ha cometido una falta, denunciar y divulgar el hecho. Aún, en el caso propiciado por aquellos con prestigio -valedero- ganado.

      
     Finalmente planteo la siguiente duda, justifica la buena acción de crear trabajo en un país necesitado el hecho de perjudicarlo en su medio ambiental? El país desarrollado o rico, no tiene la obligación de comportarse afuera de la misma forma que lo hace en su propio territorio? El receptor no tendría acaso derecho de reclamar estas últimas condiciones sin arriesgar una llegada de inversiones? Gracias por vuestro tiempo, y por mandar sus ideas al respecto.

                                                                                              Leonardo Rodríguez.
                                                                                              leoyaco@yahoo.com

                                                                                       

1 comentario:

  1. la cara i la creu dels països...quantes veritat amagen eh?

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