¡Si Europa reforzara el
Estado de bienestar con el voluntariado, la solidaridad sería mayor¡
Participar en la vida colectiva es algo más que
votar cada cuatro años. Para lograr una sociedad cohesionada se necesita el
impulso participativo de sus ciudadanos. En España, solo un 15% de los
ciudadanos realiza acciones solidarias o participa en alguna causa altruista.
En un país donde la familia asume buena parte de la solidaridad
intergeneracional que en otros países proporciona el Estado, el porcentaje no
es desdeñable, pero queda aún lejos del 24% en que se sitúa la media europea.
Esta diferencia muestra un ámbito en el que, a
pesar de la crisis, o precisamente por ella, aún podemos crecer, y mucho,
teniendo por horizonte la experiencia de Estados Unidos, donde 64,3 millones de
ciudadanos, de una población de 313 millones, hicieron el año pasado labores de
voluntariado. Conviene, sin embargo, matizar, porque el modelo americano, que
puede considerarse un ejemplo en participación de los ciudadanos en causas
colectivas, no lo es tanto en justicia social y distributiva, pues carece,
entre otras cosas, de un sistema público de sanidad y servicios sociales como
el que define el modelo europeo.
El compromiso social de las empresas suple así en
Estados Unidos, muchas necesidades que en Europa se resuelven (solidariamente)
a través del sistema impositivo. Y allí donde el altruismo no llega,
simplemente se quedan sin cubrir. No se trata, que quede claro, de sustituir el
Estado de bienestar y de justicia social por el voluntariado. Pero puestos a
imaginar un futuro posible y deseable, ¿por qué no tomar lo mejor del sistema
europeo y lo mejor del sistema norteamericano? Nuestro Estado de bienestar y su
sistema de voluntariado. Si lo consiguiera, Europa sería imparable.
La Cumbre Mundial del Voluntariado, celebrada en
Madrid, ha mostrado los beneficios sociales de la participación en tareas
colectivas y altruistas. El principal obstáculo no es la crisis o el
derrotismo, sino la cultura heredada de los años de bonanza, que ha engendrado
un individualismo rampante, hedonista e insolidario, que convierte a los
ciudadanos en consumidores consumidos. Habría que hacerles ver que es mejor un
egoísmo inteligente, porque cuanto mejor les vaya a los demás, mejor les irá
también a ellos.(Articulo del periodico el Pais,31 de marzo 2012)
¡No hay barreras para la imaginación y la voluntad¡
Como venimos diciendo en esta asignatura de política social, la familia es el principal agente de socialización política y de fidelización partidaria,no deberá dar la espalda a sus responsabilidades como trasmisora de actitudes políticas al margen de las cuales no parece posible la convivencia social:me refiero a actitudes como la participación,la tolerancia y la exigencia de talantes éticos y de espíritu crítico:
Educar para la participación en los asuntos públicos...
En el siglo IV antes de Cristo,ya Aristóteles afirmaba que el hombre era una animal político por naturaleza,es decir,no como algo que se pueda o no elegir,sino necesariamente.Llegó a enfatizar señalando que aquellos que no tuvieran necesidad de vivir en sociedad podrían ser una bestia o un dios pero en ningún caso un hombre.
No parece que nadie ponga hoy en tela de juicio esa radical sociabilidad del ser humano de la que hablaba el viejo filósofo de Estagira.Pero siendo las cosas así,se nos antoja,no sólo la conveniente,sino necesario que el ser humano comprenda,desde su más tierna infancia,que los asuntos públicos no le son ajenos y que,en consecuencia,la participación en la vida ciudadana se convierte en un imperativo moral.
Participación no significa tan sólo tomar parte de los procesos electorales.Reducirlo a eso puede constituir,y de hecho constituye,una verdadera mixtificación de las responsabilidades políticas.
Participa quien se muestra vigilante ante los poderes,quien no hipoteca indefinidamente sus adhesiones políticas al abrigo de prejuicios que le llevan a seleccionar ciegamente la información hasta el extremo de excluir los datos que vengan a confirmar sus ideas preconcebidas.
Participa quien se muestra responsablemente crítico con los gestores de los asuntos públicos sin caer en un clientelismo que le haga cerrar los ojos ante los tropiezos de los ¨suyos¨,simplemente porque son ¨suyos¨.
Participa quien,desde las diversas asociaciones que surgen en las sociedades civiles más dinámicas,denuncia injusticias,se compromete y pelea para mejorar las condiciones de los más desfavorecidos,exige recursos para atender las necesidades de los más menesteroros o participa en movimientos cívicos que persiguen un mundo más justo y más solidario...
Porque sabemos de sobra que la alternativa a la participación no es otra que la manipulación.Y la manipulación,no lo olvidemos,es la triste situación a que se ven abocadas aquellas sociedades que renuncias a sus responsabilidades y delegan en quienes las dirigen hasta extremos que no son prendentes ni recomendables.¿Habrá que recordar que una de las caracteristicas de las dictaduras es la atrofia de los cauces de participación ciudadana y la hipertrofia,por el contrario,de un liderazgo desde el que se controla,se dirige y se manipula a unas masas cada vez más adormecidas y más incapacitadas?
Incentivar a los más jovenes para que desde actitudes más participativas se comprometan con los asuntos comunitarios es un objetivo irrenunciable al que las familias no deben dar,en ningún caso la espalda.
El peso de la familia para influir en la afinidad política disminuye a medida que aumenta la formación de los individuos;una buena educación contribuye al desarrollo de la capacidad crítica y, en consecuencia,también a la independencia ideológica
TOLERANCIA...
Si algo resulta especialmente llamativo para el hombre de la calle es la facilidad con que los miembros de las castas políticas se descalifican los unos a los otros,excluyen mutuamente sus planteamientos y son remisos a reconocer las bondades de los discursos de sus adversarios...
Les cuesta mucho entender que para avanzar por la senda de la convivencia es necesario suavizar posturas intrasigentes,admitir discrepancias,reconocer errores y asumir,en fin,que la realidad es compleja y contradictoria...,abrazar,en una palabra,la bandera de la tolerancia.
La tolerancia es la virtud personal y social que hace posible la vida en comunidad en condiciones mínimamente confortables,garantiza la coexistencia y aleja los riesgos de conflicto que se agazapan detrás de las visiones excluyentes de los dogmatismos políticos.
Vivir al abrigo de la tolerancia es aceptar que existen modos de resolver los problemas comunitarios que no necesariamente coinciden con las soluciones que nosotros o nuestros partidos decidimos vislumbrar con la máxima claridad.
La tolerancia en la vida pública obliga a admitir que junto a nuestros particulares puntos de vista y a nuestros valores existentes otros que no necesariamente deben ser compartidos,pero sí respetados como reconocimiento de un pluralismo social tan enriquecedor como estimulante.
Es fácil de entender,que educar desde el hogar en esa virtud "Patrimonio de la humanidad",(Voltaire),es una exigencia y ,a la vez una garantía de que estamos preparando correctamente a nuestros hijos para la convivencia política.
“Necesitamos promover mayor tolerancia y comprensión entre los pueblos del
mundo. Nada resulta más peligroso para nuestros esfuerzos por construir la paz y
el desarrollo que un mundo separado en segmentos religiosos, étnicos y
culturales. En cada nación y entre todas las naciones debemos trabajar para
promover la unidad basada en la condición humana que compartimos.”
Kofi Annan
oristela si còpies i engantxes...intenta que la lletra sigui negra i no grisa que costa molt de llegir...
ResponderEliminarHola, buenos días,¡¡¡no se quien eres¡¡¡
ResponderEliminar¡¡¡Muchas gracias y perdón por el color¡¡¡
No puse el fondo negro y la letra no era blanca, era gris, cierto¡¡
Ya se puede leer,lo que esta enganchado,es el artículo del país,(Es copia y pega),me cuesta desemvolverme con la tecnología cibernetica,así que aprendere a enganchar bien los enlaces¡lo prometo¡¡ :-)
Lo tendre encuenta para el próximo artículo¡
Un Saludo,feliz Domingo