miércoles, 4 de mayo de 2011

SOLO UNA RAZA, LA RAZA HUMANA

"Rap contra el Racismo" es una canción y un videoclip que cuenta con la colaboración desinteresada de varios de los artistas más grandes de la escena del rap para una campaña de sensibilización escolar y juvenil promovida desde la ONG Movimiento contra la Intolerancia para combatir este peligroso problema. Un himno necesario que ha conseguido unir por primera vez a las espadas más importantes del rap español (El Chojin, Locus y Nerviozzo de Dúo Kie, Gitano Antón y El Langui de Excepción, Nach, Lírico, Kase O y Sho-Hai de Violadores del Verso, Xhelazz, Titó y El Santo de Falsalarma, Zatu de SFDK y Ose).





"Apostamos por un compromiso moral, activo, con valentía cívica, por construir una cultura de solidaridad, tolerancia y derechos humanos; por levantar un frente social que no deje resquicios al fanatismo y a la violencia; por erradicar la intolerancia de la faz de la Tierra".
Esteban Ibarra (Presidente de Movimiento contra la intolerancia)


Son un Movimiento plural, autónomo, abierto y participativo que trabaja Contra la Intolerancia, el Racismo y la Violencia, en esencia, una apuesta por la Solidaridad, la Convivencia Democrática, la Tolerancia y la defensa de los derechos humanos.


CINCO PUNTOS PARA UN PROGRAMA:
  1. Defensa de los Derechos Humanos y libertades fundamentales.
  2. Eliminación de la violencia para la resolución de conflictos.
  3. Erradicación social de toda manifestación de intolerancia.
  4. Rechazo a las ideologías totalitarias.
  5. Desarrollo cívico de la tolerancia, solidaridad y de la democracia participativa. 


Luchemos para que esto acabe, porque sólo hay una raza, la humana, es absurdo que alguien se crea mejor que otra persona por su color de piel, religión o cultura, no admitamos más discriminación ni violencia hacia lo diferente.

Alba Ostos

1 comentario:

  1. Me gustaría recordar para que no quedara en el olvido las explosiones de racismo y xenofobia que hubo en el año 2000 en Elejido, Almería. Todo comenzó el 5 de febrero de 2000, cuando Encarnación López Valverde, una mujer de 26 años vecina del municipio, murió apuñalada por un inmigrante magrebí que intentaba robarle, cuando se encontraba comprando en un mercadillo. Esta fue la gota que colmo el vaso de una tensión que se había ido acumulando los días anteriores tras el asesinato, el 22 de enero, de dos agricultores a manos de otro inmigrante palestino Más de 20.000 inmigrantes africanos, fundamentalmente magrebíes, fueron perseguidos y apaleados, sus casas y coches quemados, sus negocios arrasados, y todo llevado a cabo por hordas de varios miles de nacionales armados con palos, bates de béisbol, barras de hierro y machetes, enloquecidos por el odio irracional a "los moros". Varios miles de inmigrantes estuvieron escondidos sin comida ni bebida ni posibilidades de conseguirla. Pero por si fuera poco decenas de cabezas rapadas neonazis venidos de Madrid, Valencia y Barcelona llegaron con furgonetas cargadas de armamento.
    Los inmigrantes, como revancha, también acabaron organizándose y prendiendo fuego a varios invernaderos, mientras la Policía cargaba contra los manifestantes, «que, en actitud violenta, cercaban una zona habitada por extranjeros».
    No hubo ni un solo medio de comunicación que no se hiciera eco de aquellas revueltas populares contra los magrebíes: «El Ejido convulsionado por un violento estallido de xenofobia» («ABC»), «Cientos de vecinos de El Ejido atacan a los inmigrantes y destrozan sus locales» («El País») o «Cientos de vecinos se lanzan a la “caza del moro” y al destrozo» («El Mundo»), mientras «La Voz de Almería» pedía «¡¡Paz, Paz, Paz!!».
    Aquella fue la historia de cómo afloró toda la violencia racista latente, de unos individuos que arremetieron con saña contra otras personas cuyo único delito era compartir país de nacimiento con el agresor y haber contribuido al enriquecimiento del pueblo con sus manos.

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