martes, 10 de abril de 2012

Ciudadano Finch


             Hace unas semanas volví a ver la película “To Kill a Mocking Bird” Matar a un Ruiseñor –  como se tituló en España-.

La cinta se rodó en 1962, y está basada en la novela homónima de la  autora estadounidense Harper Lee, publicada un par de años antes del momento en el que se llevó a la gran pantalla.  La historia está ambientada en los Estados Unidos, durnate la época de La Gran Depresión, y relata la historia de Atticus Finch –encarnado por Gregory Peck-, un padre de familia viudo, a cargo de una hija y un hijo. Todos ellos viven en Alabama, el Deep South  estadounidense. Finch ejerce la abogacía en el terreno profesional, sin embargo los límites de su comportamiento ejemplar,  justo y ecuánime, traspasan  las salas de los tribunales. A Atticus Finch le es encomendada la defensa de un hombre negro, Tom Robinson, que ha sido acusado de  la agresión y violación de una muchacha blanca. Al interceder por Robinson, Finch,  se enfrenta no sólo ante un tribunal y su jurado, sino ante toda una sociedad, sus valores, prejuicios y estereotipos.

En la misma  película se hace referencia a otros aspectos – más positivos- de la cotidianeidad de una pequeña localidad sureña estadounidense de principios de los años 30 del siglo pasado,  tales como; la solidaridad vecinal, el respeto por los progenitores, la empatía o la humildad.  No en vano  la cinta destila cierta nostalgia de tiempos pretéritos, sobre hacia los cuales el imaginario colectivo en ocasiones  muestra cierta tendencia  a considerar fueron mejores que los que le toca vivir en el presente. En Trabajo Social Comunitario hemos acordado en denominar El Paraíso Perdido a ese tipo de concepto que se tiene sobre lo que eran las Comunidades antaño.Tan remotos parecen esos tiempos que una se pregunta si la “fábrica” de producir el tipo de ciudadanos y ciudadanas a lo Gregory Peck, cerró hace ya tiempo.

Ciertamente  se podría  estimar  que aquellas décadas fueron mejores que las actuales si atendemos a cuestiones que hacen referencia a la consecución de logros en el terreno  de la política social y los derechos humanos. En 1955 se iniciaba la lucha de la población afroamericana en EE.UU por conseguir derechos civiles como el voto o la no discriminación. Se tuvo que hacer frente a todo tipo  de cortapisas tanto legales como sociales. No obstante estos inconvenientes  no detuvieron  a las personas que se comprometieron a llevar hacia buen puerto aquel proyecto.

El hecho de que Rosa Parks se negara a ceder su asiento a un hombre blanco en un autobús de Montgomery, Alabama, desató un boicot –- que duró un año-  a la compañía de autobuses propietaria del vehículo en el que había tenido lugar el incidente. En este acto de protesta participaron figuras destacadas del Movimiento Afroamericano  por los Derechos Civiles. Este movimiento organizó campañas no violentas de desobediencia civil tales como; sentadas, protestas, boicots o  marchas, por citar algunas.

Entiendo que las y los protagonistas de aquellos logros se enfrentaban a una mise en scène reivindicativa más complicada, de lo que hoy en día nosotras y nosotros pudiéramos imaginar. Por citar un pequeño ejemplo, no contaban con la tecnología que tenemos actualmente  a nuestra disposición  ¿Os imagináis la energía que tenían que invertir aquellas personas simplemente para convocar una manifestación? Eso sí que era encaje de bolillos! Cuando hoy en día simplemente con hacer un click en  el botón de compartir  de nuestro perfil  en alguna de la miríada de redes sociales a las que pertenecemos, nuestras 400 mejores amistades se dan por enteradas de cualquier evento. Y no solo eso, ¡sino que hasta pueden confirmar su asistencia!  Supongo que estaréis de acuerdo conmigo en que muchos aspectos ésta época es mejor que otras anteriores.

              Algunos hombres en este mundo han nacido para hacer trabajos desagradables para nosotros, y uno de ellos es tu padre. Esto es lo que le dice un personaje en “To Kill a Mocking Bird” al hijo de Finch, cuando éste último ha fracasado en la defensa del ciudadano acusado por violación. Afortunadamente a día de hoy somos muchos  hombres y muchas mujeres las que estamos capacitadas para hacer esos “trabajos desagradables”. Entre éste grupo nos encontramos las y los profesionales del Trabajo Social. Considero que lo único desagradable de esta profesión es el mismo motor que me lleva a querer desempeñarla, es decir, la injusticia social. Al igual que Finch, que al aceptar la defensa de un hombre negro rompe el código de la sociedad en la que vive, la ética de nuestra profesión nos obliga a romper constantemente los códigos de la sociedad en la que vivimos, para denunciar las injusticias y reclamar que éstas sean enmendadas, haciendo así extensible el bienestar a toda la ciudadanía por igual. Los y las profesionales del Trabajo social estamos capacitados para realizar grandes gestas en pro del beneficio de la sociedad, sin embargo conviene no olvidar que una pequeña acción –como fue la negativa de Rosa Parks a ceder su asiento a un hombre blanco- puede desencadenar una pequeña gran revolución. 

  Salud y RS

By: Meleta de Romer

 

FUENTES CONSULTADAS:

Robert Mulligan. To Kill a Mockingbird. Brentwood Productions Picture (1962) Película. EE.UU .124 min.

http://en.wikipedia.org/wiki/To_Kill_a_Mockingbird_%28film%29

http://en.wikipedia.org/wiki/Rosa_Parks

http://en.wikipedia.org/wiki/Montgomery_Bus_Boycott

http://en.wikipedia.org/wiki/African-American_Civil_Rights_Movement_%281955%E2%80%931968%29

 http://www.publico.es/culturas/26201/rosa-parks-la-mujer-negra-que-desafio-a-la-america-blanca

Imagen: Google images. Gregory Peck y Mary Badham

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