sábado, 10 de diciembre de 2011

¿EDUCAMOS O REPRODUCIMOS SIN MÁS?

No quisiera hacer de esta aportación un artículo periodístico, sino más bien, hacer una reflexión crítica acerca de nuestro sistema educativo, mejorable en varios aspectos sin que ello conlleve un aumento excesivo del gasto público. 
Recordemos que la educación es uno de los pilares básicos de nuestro sistema de bienestar, y que es necesario mimarlo y mejorarlo en la medida de lo posible para que siga siendo el soporte de una sociedad en constante evolución.
Sin duda, uno de los primeros puntos a tratar, y más difícil por otro lado de alterar, es la redefinición del sistema educativo, que no acaba de adaptarse a los cambios sociales. Producimos personas formadas para reproducir un sistema productivo, tanto en lo económico como en lo financiero que cíclicamente falla, produciendo tensiones que derivan en recesiones como la que estamos sufriendo en la actualidad. Es por ello que sería necesario replantearse la introducción de un itinerario educativo más basado en la ética, en el desarroIlo de valores que nos acerquen más a la realidad, ya habrá tiempo para formar élites que conozcan la econometría, la psicología transpersonal o la filosofía escolástica.
Esta forma de hacer educación, unida a la excelencia, acentuando el rigor académico y la creación de élites especialistas en los niveles superiores de educación, es lo que está llevando a producir bienes más sofisticados que producen empleos nuevos y mejor pagados en buena parte de Asia. Dicho esto, queda claro que no basta con ampliar la cantidad de niños en la escuela, sin mayor preocupación por la calidad del aprendizaje y la mejora en la imagen de la docencia.
  Ya lo dice James Heckman, Premio Nobel de economía, cuando afirma que "no se trata de enseñar a leer cuanto antes, sino de estimular las habilidades sociales y la formación del carácter". Es esta la manera, a mi juicio de despertar inquietudes y curiosidad en las chicas y chicos en edad escolar.
Otro factor de mejora, relacionado con lo anterior es dejar actuar más a los docentes, es decir no coaccionar a los profesores con normas y burocracia que los alejan de su instinto de enseñar a los alumnos a comportarse e interactuar con los demás.
Y para terminar, porque no quiero extenderme demasiado, hay que exigir más al profesorado, evaluándolo, reciclándolo, y a su vez motivándolo no sólo económicamente, sino como dije arriba, dejándolo hacer. Hay otras medidas que nos ayudarían a salir del estancamiento como potenciar la creación de institutos politécnicos y dificultar la entrada a la universidad a aquellos que en realidad lo merecen. ¿Esto nos suena, verdad? Pues yo creo que ya toca, por que ¿no es mejor tener trabajadores cualificados, que universitarios trabajando en empleos que no requieren cualificación?.
Gracias por vuestra atención y espero que este escrito nos ayude a formar nuevos juicios críticos sobre nuestro maltrecho sistema educativo español.

Salud para todas/os y felices fiestas compañeras/os.
   Valencia, diez de diciembre de dos mil once.                       


                     Julio Mateos Checa, alumno de tercer curso de Grado en Trabajo Social.









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