jueves, 13 de octubre de 2011

INTENTANDO SER FELICES EN UNA SOCIEDAD INJUSTA

Como bien ha dicho alguna compañera, parece que es un espacio de libre opinión y también de reflexión. Así que voy a aprovechar para expresarles lo que me parece importante analizar en estos momentos.

Entendemos la política social como el segmento de la política general orientado a cubrir una serie de necesidades de la sociedad. Algunas de las necesidades sociales que se suelen tener en consideración son: alimentación, salud, servicios sanitarios, vivienda, seguridad y sostenibilidad medioambiental. Pero hoy les voy a hablar de las necesidades que en mi opinión se le escapan a la política social.

Cuando iba a pasar del cole al instituto, mis expectativas eran relacionarme con gente guay, protegerme de los abusones, tener un cigarrillo en la mano y desechar los cassetes noventeros de mis padres para presumir de música moderna que en realidad me parecía horrible. Pero finalmente mi personalidad y mi forma de valorar a la gente me ganaron y termine formando parte de una pandilla que se había forjado entre problemas familiares y la cara más cruda de la sociedad que un niño de 13 años entendía, yo era la excepción. Posiblemente no eran las mejores influencias entre los grupos de estudiantes, pero siempre tuve claro que eran los corazones más puros de todo el centro, golpeados por la vida. Recuerdo un día en el que la madre de una  amiga recibió una brutal paliza a manos de su pareja, y tuvo que ayudarla una vecina porque a la policía no le corría prisa subir a aquella casa, ese día tuve mi primer encontronazo con las necesidades que promete cubrir la política social.

Viviendo en una sociedad rodeada de personas de clase media, a las que poco les preocupa el florecimiento de la política social, que intentamos ser felices siguiendo modas y aparentando lo que no somos, algo que se está pagando con ansiedades, depresiones y lo que yo digo enfermedades del futuro, he podido observar muchísimas más injusticias.

Hablemos de prostitución y trata de mujeres. Alguna vez he escuchado a algún amigo decir DÉJAME EN PAZ PUTA, sin pensar que aquella chica intenta seducirle porque si no cumple un servicio alguien le marcará la cara, que posiblemente ha consumido cocaína para desinhibirse de una pena que la está ahogando. Pocas personas se acercan a darles preservativos y un poco de consuelo. Por no hablar del tráfico de menores, que es algo que me supera(si yo pudiera hacer su vida diferente..).Son personas a las que no les asusta la crisis que nos acecha,simplemente porque ya tienen su propia crisis diaria.


El próximo dardo va dirigido a nosotros, estudiantes de trabajo social, que presumimos de ser tan abiertos y de que vamos a cambiar el mundo, pero hay algunos temas que preferimos no mencionar. Recuerdo la visita de una joven gitana, con una melena preciosa y un vocabulario bastante rico, en una charla sobre la integración de los niños gitanos en la educación. Sentí vergüenza cuando me di cuenta que algunas personas no le prestaban la mínima atención y en algún caso solo faltaba esconder el bolso. Si realmente los TS esconden el bolso, no quiero ni pensar que harán los políticos. Si bien es cierto que los gitanos son muy arraigados a sus costumbres, y que muchas veces tiran piedras sobre su tejado, tampoco me parece que haya una política  que insista contundentemente en mejorar la situación de estas personas.

Inmigrantes con contratos precarios, indigentes encerrados en su propio drama, manipulación directa e indirecta en los medios, canales de televisión que atentan contra los derechos humanos, xenofobia, homofobia…Podría pasarme el día exponiendo asuntos similares.





Lo que quiero decir con esto es que estoy muy contento de la conciencia social que se está creando últimamente, del movimiento del 15M y toda esa gente que lucha por que las cosas se hagan bien. Pero no nos centremos solo en nuestras propias necesidades, eso haría gala del egoísmo que nos han inculcado en las últimas décadas. Luchemos por todos y por caminar sobre una sociedad más justa.


                                                                       JOAN ESTRUCH CAMARENA







No hay comentarios:

Publicar un comentario