miércoles, 4 de enero de 2012

Ajenos a la crisis



Los millonarios españoles logran ganar un 6% más en el que ha sido el peor año de la crisis económica.

Hoy por hoy en este país la preocupación que pueden tener las familias por encontrar trabajo, pagar un alquiler, una hipoteca o pensar como puede llegar a ser su jubilación se ha convertido en algo habitual.

Sin embargo, ajenos a todas estas preocupaciones encontramos a un número reducido de personas que no sólo no tienen la necesidad de padecer por tales sucesos, si no que además deben sentirse muy afortunados por las ganancias recibidas en el ya pasado 2011.

Este número reducido lo componen los millonarios españoles que logran 2.150 millones de euros más y acumulan 37.700 millones, una cifra cercana al recorte del déficit que prevé el Gobierno para el 2012, a través de la subida de impuestos de los ciudadanos y la reducción del gasto público.

Este grupo lo componen entre otros: Amancio Ortega, dueño de la multinacional Inditex. Este empresario refugiado en la normalidad y obsesionado por el anonimato encabeza la lista de multimillonarios españoles. Las numerosas tiendas de Zara se han revalorizado en 2011 un 13%, lo que ha hecho a su fundador aún 2.731 millones más rico. Al parecer, la normalidad por la que se caracteriza no corresponde con la elevada fortuna que va aumentando cada año.

Además de este empresario destacan su ex mujer Rosalía de María, el banquero Emilio Botín (presidente del Santander), la familia Entrecanales (dueña de la empresa Acciona), la familia del Pino (propietaria de la empresa Ferrovial), las hermanas Koplowitz, la familia de banqueros Marcha, el Presidente del Real Madrid, Florentino Pérez y Manuel Jové (fundador de la inmobiliaria Fadeza).

Estos millonarios, a parte de destacar por el incremento de sus ganancias en el duro año que hemos pasado, lo hacen también por negarse a pagar más impuestos como una forma ayudar ante la nefasta situación que atraviesa el país.

Entre los millonarios citados, hubo quienes estuvieron a favor cuando se propuso la aportación solidaria, sin embargo, cuando la propuesta llegó al Consejo Empresarial para la Competitividad la iniciativa fue bloqueada porque se negaron a pagar más.

En la campaña preelectoral de partidos como el PP y el PSOE la propuesta fue abortada, pero no se llegó a sacar nada en claro, por lo que las ideas que se plantearon fueron disueltas y olvidadas con facilidad.

Comparadas las cifras y pensando en los temidos recortes que se nos presentarán en los próximos meses, podemos catalogar la situación con adjetivos tales como injusticia, desigualdad, repulsa y desamparo.

¿Cómo pueden muchas de estas empresas que han obtenido estos beneficios tan positivos estar despidiendo a sus empleados alegando pérdidas?
Y por otro lado, ¿cómo se puede estar exigiendo a las personas austeridad, congelación de sus sueldos y pérdida de los derechos sociales que ya creían adquiridos?

¿NO SE PIENSA HACER NADA AL RESPECTO?


                                                                                                                      Clara Beltrán Segarra
                                                                                                                       3º Grupo G                          
                   

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